La industria avícola pasa por uno de sus mejores momentos y las empresas se la juegan con millonarias inversiones en distintas regiones del país. La meta: ponerse a tono con las necesidades del mercado.
Son pocos los sectores económicos que se dan el lujo de lograr crecimientos permanentes. La industria avícola es uno de ellos. A pesar de factores adversos como la devaluación –que incrementó el costo de los insumos– y el paro camionero que en 2016 impactó a toda la economía, esta actividad logró un crecimiento de 4,4% al cierre del año y para este proyecta un alza superior a 5%.
Y es que la producción de carne de pollo y huevo alcanzó un nuevo récord el año pasado. La primera llegó a 1,47 millones de toneladas, mientras la segunda a los 12.800 millones de unidades. Esta producción conjunta vale alrededor de $16,5 billones, dice Andrés Valencia, presidente de la Federación Nacional de Avicultores.
Estas cifras ponen en evidencia un incremento en el consumo per cápita de estas dos proteínas. El año pasado cada colombiano consumió en promedio 31,5 kilos de carne de pollo y la proyección es que para 2017 esté alrededor de 32 kilos. En huevos el dato llegó a 272 unidades por persona y para este año podría ubicarse entre 275 y 280.
Tres regiones del país explican buena parte de este desempeño del sector: Santander, Valle y Norte del Cauca y la zona centro del país, las cuales representan, según Fenavi, cerca de 75% de la producción avícola nacional, esto sin desconocer el aporte de Antioquia, el Eje Cafetero y la Costa Caribe.
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Solo Santander participa con 25% de la producción avícola nacional; es decir, 370.000 toneladas de carne al año y 2.900 millones de huevos, señala la directora de Fenavi Santander, Martha Ruth Velásquez.
Por su parte, Valle del Cauca y Cauca, que en los últimos años han ganado participación tras el fortalecimiento empresarial, registran los mayores crecimientos promedio anuales en la producción de carne de pollo (17,3%) y huevo (7,5%), entre 2013 y 2016, de acuerdo con datos de la Cámara de Comercio de Cali.
Foto: Andrés Valencia, presidente de Fenavi, Juan Felipe Montoya, presidente de Incubadora Santander
y Orlando Cortés, asesor estratégico de Pollos el Bucanero
La proyección para 2017 es positiva, ya que se espera un crecimiento de 5,9% en la producción de pollo de engorde y de 5,5% en la de huevo. El objetivo es superar el millón y medio de toneladas en esta carne y los 13.000 millones de huevos. Con gigantescas inversiones, las empresas quieren responder a los retos que les impone el mercado. Tanto las compañías que se dedican a la producción de pollo, como las que lo hacen en huevos, no han escatimado esfuerzos en tecnificarse y ampliar sus capacidades de producción.
Mayor Capacidad
Solo por mencionar algunos nombres, Incubadora Santander, Pollos El Bucanero, Pollo Andino, Savicol, Avícola El Guamito, Operadora Avícola y Campollo trabajan para ponerse a tono con las necesidades del mercado.En esta línea, las empresas Pollo Andino y Savicol, que desde hace unos años decidieron aliarse y crear la empresa Avícola del Magdalena (Avima), tendrán lista una nueva planta en el municipio de Cumaral en los Llanos Orientales, en junio de este año.
Avima, que actualmente les presta a sus socios servicios de incubación (6 millones de huevos mensuales) y transporte de huevos, pollitos de un día y alimento concentrado, es la encargada de este nuevo proyecto.
Se trata de una planta de beneficio en la que se sacrificarán 9.000 pollos por hora; es decir, alrededor de 70.000 aves al día, en un turno de 8 horas. La factoría, que demandó una inversión de $44.000 millones en su primera etapa, complementará la oferta que tienen hoy las dos compañías en sus plantas ubicadas en Bogotá.
El producto procesado en Cumaral será distribuido en las mismas zonas donde en este momento tienen presencia estas empresas, es decir, Cundinamarca, Boyacá y Tolima. Édgar Ramírez, gerente de Avima, manifiesta que con esta factoría las empresas buscan minimizar mermas, una situación que se presentaba en el traslado de las aves desde las granjas que tienen en los Llanos. Savicol cuenta con 9 granjas y Pollo Andino tiene dos operando y dos más en construcción, que estarán listas en mayo.
Avima adelantará una segunda etapa en la que se construirá una planta de procesamiento de vísceras para producir harinas, una idea que se espera empiece a ejecutarse en dos años. En esta iniciativa las empresas invertirán $10.000 millones. Esta es una zona que se ha venido fortaleciendo con la presencia de varias marcas, entre ellas, Pollo Fiesta, Pollo Olímpico e Italcol.
Mirada a la Costa
La Costa Caribe es otra de las regiones a las que las empresas están apuntando con el fin de ganar competitividad por la cercanía a los puertos para la importación de los insumos para el procesamiento de alimentos. Avícola El Guamito, de Santander, fue una de las primeras en mirar a esta región.
Hace 10 años compró una finca en Sabanalarga, Atlántico, donde construyó una granja integral para fabricar alimento concentrado, tiene galpones de cría y levante, galpones automáticos para la producción de huevos bajo ambiente controlado para un mejor confort de las aves, clasificación y empaque de huevos. Allí produce 800.000 huevos diarios y el objetivo en los próximos 4 años apunta a doblar la producción; es decir, llegar a 1,6 millones de unidades al día.
Junto con la operación en Santander, esta empresa produce 1,8 millones de huevos diarios, 4,8% de la producción nacional, dice Alfredo Acebedo, directivo de la organización. En Santander la compañía tiene 10 granjas de producción de huevos con gallinas libres de jaula, una de cría y levante de pollonas y una fábrica de concentrados. Además, son socios de una pasteurizadora de huevos.
Campollo, por su parte, también le apuesta a la Costa. En 2011 inició el montaje de Campollo Caribe, un proyecto que les costó su ingreso a un proceso de reorganización empresarial, pero que también hoy es la gran apuesta de crecimiento. Allí la inversión fue superior a los $85.000 millones.
Con este proyecto, ubicado en Arjona (Bolívar), que se suma a otro en Santander, la empresa maneja dos complejos industriales –integrados verticalmente con incubación, engorde, sacrificio y distribución–. Mauricio Toro Ortiz, socio de Toro & Neira Banca de Inversión y miembro del comité directivo de la empresa, dijo recientemente que la firma está en proceso de ponerse a punto, tanto en términos de producción como comerciales.
El objetivo es llegar a plena producción de su capacidad instalada actual, que en posibilidad de sacrificio de aves es de 3 millones al mes. Hoy se procesan alrededor de 1,3 millones. La proyección de crecimiento para los próximos años es en promedio de 5%.
Fortaleciendo el Suroccidente
El suroccidente también se consolida como una de las zonas fuertes para la industria avícola. La más grande productora de huevos del país, Incubadora Santander, hace lo propio con su marca Kike’s y sus inversiones no paran. Son varios los proyectos que están a punto de entrar en operación en el suroccidente. En abril próximo será inaugurada una planta de generación de energía a base de biomasa, la cual constituye la primera de sus características en esta industria y se convierte en un proyecto disruptivo en la industria, asegura Juan Felipe Montoya, gerente de Incubadora Santander.
Esta iniciativa demandó inversiones por US$4 millones y tiene una capacidad de generación de una mega y la proyección es llegar a 5 en dos años, lo que les permitirá convertirse en autogeneradores de energía para los procesos productivos.
La compañía, que alcanzó ventas en 2016 por $400.000 millones, tiene una apuesta fuerte en el norte del Cauca. Allí inauguró una planta de huevo pasteurizado líquido que entró en operación el pasado mes de noviembre. La inversión ascendió a $16.000 millones.
En su plan de fortalecimiento construye una planta de sacrificio de gallina, que entrará en operación en mayo. Estos proyectos serán determinantes para lograr la mega de la compañía para el año 2023, cuando prevén producir 10 millones de huevos al día. Hoy la cifra alcanza los 4,2 millones de unidades diarias.
Pollos El Bucanero también ha fortalecido su operación. Orlando Cortés, asesor estratégico de la organización, señala que en los últimos años han invertido más de US$100 millones en modernización.
Una de sus más recientes adquisiciones es una máquina japonesa, que además de facilitar la preparación de productos que buscan ingresar a Japón –gracias a una certificación entregada por el Invima–, le permitirá tecnificar procesos que hoy realiza de forma manual y aumentar sus volúmenes de producción.
La producción diaria de la empresa es superior a los 200.000 pollos en la planta que tiene en Villagorgona en el Valle y vende unas 11.000 toneladas mensuales. Cortés señala que la empresa seguirá invirtiendo en tecnología con el fin de brindarles productos con valor agregado a los consumidores.
Uniendo Fuerzas
En Antioquia y el Eje Cafetero las cosas no son diferentes. Allí hace presencia uno de los principales jugadores de esta industria: Operadora Avícola (Opav), propiedad del grupo Contegral.
Esta firma finalizó hace poco el proceso de fusión de tres importantes compañías en la producción de pollo: Pimpollo, Friko y Superpollo.
Sus directivas señalan que la empresa se encuentra en una etapa de consolidación de estas operaciones con énfasis en los procesos productivos y la transformación tecnológica. Su plan es crecer en el mercado con calidad y servicio, apalancándose en las marcas Friko y Pimpollo, las cuales han alcanzado de alto reconocimiento entre los consumidores colombianos, según los voceros de la firma.
La operación tiene tres plantas de alimento balanceado, dos de incubación, tres más de beneficio y otra para productos con valor agregado, representados en piezas porcionadas, únicas para el mercado colombiano, comercializadas bajo la marca El Granjero.
Operadora Avícola tiene como prioridad la modernización tecnológica en los núcleos de granjas y las plantas de procesamiento de pollo, en las que actualmente se procesan cada mes cerca de 10.000 toneladas.
Esta firma tiene presencia productiva en Antioquia, Risaralda y Santander, vinculando directamente a 4.432 colaboradores. Para este año prevé un crecimiento superior al promedio sectorial, para lo cual está destinando cerca de 2,5% de los ingresos del año en inversiones de capex –en bienes de capital–.
Adicionalmente evalúa proyectos específicos de modernización de granjas y plantas de beneficio.
No cabe duda de que el vuelo de esta industria es de largo aliento, a pesar de enfrentar grandes retos, entre ellos la alta dependencia de los insumos importados como el maíz, que hace a la industria muy sensible a la devaluación y la alta informalidad en algunos actores de la cadena.
A esto se suma la existencia de una coyuntura de precio impactada por la sobreoferta de producto, que ha hecho del inicio de 2017 un periodo particularmente retador para los empresarios avícolas. Aun así, ellos son optimistas de lo que les deparará este nuevo ejercicio.
Noticia e imagen tomadas de: http://www.dinero.com